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En la ciudad de Huesca el psicólogo D. Domingo Leopoldo Mosquera ofrece sus servicios de asistencia en psicología para adultos, así como para la infancia y adolescencia, y servicios de psicología para la empresa.
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Textos para el darse cuenta |
Texto de Ken Wilber sobre la conciencia pura de ser Las personas suelen hallarse atrapadas por la
vida, atrapadas por el universo, porque creen
estar dentro del universo y que, en consecuencia, el universo puede
aplastarles como si de un bicho se tratara. Pero esa suposición es falsa
porque tú no estás en el universo, sino que el universo es el que está
en ti. La creencia habitual es la siguiente: mi
conciencia está en mi cuerpo (fundamentalmente en mi cabeza), mi cuerpo
está en esta habitación y esta habitación está en el espacio que me
rodea, el universo mismo. Y si bien, desde alguna perspectiva, eso es
cierto, desde la perspectiva del Yo resulta completamente falso. Cuando descanso en el Testigo, en el Yo-Yo sin
forma, es evidente que, en este mismo instante, no estoy en mi cuerpo,
sino que mi cuerpo está en mi conciencia. Yo soy consciente de mi cuerpo
y, por tanto, no soy mi cuerpo. Yo soy el Testigo puro en el que ahora
mismo emerge mi cuerpo. Yo no estoy en mi cuerpo, sino que mi cuerpo está
en mi conciencia. Yo soy, por consiguiente, conciencia. Cuando descanso en el Testigo, en el Yo-Yo sin
forma, es evidente que, en este mismo instante, no estoy en esta casa,
sino que esta casa es la que está en mi conciencia. Yo soy el Testigo
puro en el que emerge ahora mismo esta casa. Yo no estoy en esta casa,
sino que esta casa está en mi conciencia. Yo soy, por tanto, conciencia. Cuando dirijo la mirada fuera de esta casa hacia
el espacio circundante –tal vez una gran extensión de tierra, una gran
apertura al cielo, otras casas, calles, automóviles-, cuando miro en
suma, al universo que me rodea y descanso en el Testigo, en el Yo-Yo sin
forma, es evidente que, en este mismo instante, yo no estoy en el
universo, sino que es el universo el que está dentro de mi conciencia. Yo
soy el Testigo puro en el que ahora mismo emerge este universo. Yo no
estoy en el universo, sino que el universo es el que está en mi
conciencia. Yo soy, por consiguiente, conciencia. Es cierto que la materia física de tu cuerpo se
halla dentro de la materia de la casa y que la materia de la casa se
encuentra dentro de la materia del universo. Pero tú no eres sólo algo físico,
tú eres algo más que materia, tú también eres Conciencia, de la que la
materia no es más que un mero cascarón. Cuando el ego adopta el punto de
vista de la materia, queda atrapado en la materia y se ve, por tanto,
torturado de continuo por el aspecto físico del dolor. Pero el dolor
también emerge en tu conciencia y tú puedes hallarte en el dolor o,
cuando descansas en la inmensidad de la Vacuidad pura que constituye tu
identidad más profunda, puedes darte cuenta de que es el dolor el que se
halla en ti, de que eres tú el que incluye el dolor, de que eres más
grande que el dolor y de que, en consecuencia, lo trasciendes. ¿Qué es, pues, lo que soy? Si me contraigo en
el ego, parece que estoy confinado en el cuerpo, que a su vez está
confinado en la casa, que a su vez está confinada en el inmenso universo
que a rodea. Pero cuando descanso en el Testigo –la conciencia abierta,
inmensa y vacía-, resulta evidente que yo no estoy en el cuerpo, sino que
el cuerpo está en mí, que yo no estoy en esta casa, sino que la casa está
en mí, y que yo no estoy en el universo, sino que el universo está en mí.
Todo eso es lo que emerge en el Espacio inmenso, vacío, puro y
resplandeciente de la Conciencia primordial, ahora y también ahora y
eternamente ahora. Yo soy, por consiguiente, Conciencia. |